Una de las principales características de los consoladores de cristal o metálicos es que nos permiten jugar con las temperaturas en nuestras zonas erógenas. Podemos sumergir el consolador en agua caliente o fría, según nuestro gusto, y a los pocos minutos nuestro dildo tendrá la temperatura con la que queremos jugar, podemos experimentar nuevas sensaciones en todo nuestro cuerpo.
El metal y el cristal, junto con la silicona, son los únicos materiales no porosos utilizados para la fabricación de juguetes sexuales, esto permite una total higienización. Simplemente con lavar el consolador de cristal o de metal con agua y con jabón, con lo que no son necesarios cuidados especiales.